lunes, 10 de noviembre de 2008
Grupo Folclórico y Experimental Nuevayorkino
Luis Perico Ortíz - My Own Image 1978
1. Sometimes
Percussion Interlude
2. Nice & Warm
Percussion Interlude
3. Diana
Percussion Interlude
4. Viva Martínez
Side 2
5. I Know
Percussion Interlude
6. Genesis
Percussion Interlude
7. Hot Blood
Percussion Interlude
8. Perico
Rubén Blades: Acoustic guitar, background vocal on Sometimes
Brian Brake: Drums
Randy Brecker: Trumpet, Fluegelhorn on sometimes, genesis, viva martinez, hot blood
Jimmy Delgado: Timbales
Jon Faddis: Trumpet on guajira, diana, I know, perico
Babi Floyd: Background vocal, solo on guajira
Lani groves: Background vocal
Steve Khan: Guitar
Lou Marini: Tenor sax, flute
Eddie Martínez: Acoustic, electric piano, synthesizer solo on viva martinez and genesis
Eddie Montalvo: Conga on diana, guajira and perico
Keith O´Quin: trombone
Luis Ortíz: Trumpet, fluegelhorn, flute, synthesizer, piano, persuccion (plays all these parts on perico)
Eddie "Gua Gua" Rivera: Bass
Edwin Rodríguez: Acoustic guitar, synthesizer on genesis
Johnny Rodríguez Jr.: Bongo, guiro on I Know, conga on Interludes
Pablito Rosario: Bongo, cowbell, percussion
Allan Rubin: Trumpet, fluegelhorn
Lew Soloff: Trumpet, fluegelhorn
Yolanda McCollough: Background vocal
Israel "Sabú" Morales: Bata (Omele) on hot blood
Jorge Santiago: Lead vocal on diana and I Know, background vocal on sometimes
Wilfredo "Moreno" Tejada: Bata (Iya) on hot blood
Carlos "Patato" Valdéz: Conga
Dominico Valdez Jr.: Bata (Oconcolo) on hot blood
Ed Walsh: Synthesizer programming and solo on perico
What an opportunity to revisit some of the hottest music of the seventies, played by the greats of that era! Ruben Blades, one of the many side players on this album, was then at the dawn of his career. This re-issue reflects a glorious era of experimentation and the birth of what we now call "fusion."
In "My Own Image" trumpeter Luis "Perico" Ortiz combines diverse Latin, rock, funk, and jazz influences in a pleasing melange. Originally recorded in 1978 on analog two-inch tape under the watchful eye of LP founder Martin Cohen, the album has now been transferred to digital. The liner notes are lovingly reproduced and show, all in all, eight songs. Six of these, however, incorporate percussion interludes - snippets under a minute in length.
When transferring the material to digital, the pauses between these songs and interludes became breaks. Consequently, "song/interlude" is now "two tracks" instead of the single song shown in the liner notes. Presto: we now have fourteen tracks!
Track One, a funky Ruben Blades composition, "Sometimes," leads off with raucous steam train horn swells, then graduates to the unison lead vocals so popular in the seventies. A female vocal refrain comments on the longings of the male lead vocal. The song fades to a percussion refrain: read this as Track Two.
Track Three on your CD player is "Nice and Warm (Guajira)" and features the entire New York session Mafia, including the Brecker Brothers on horns, Steve Khan on guitar, and Brian Brake on drums. Starting as a Cha-Cha, the arrangement takes a quick lurch into fast Latin rock (3:08-3:11). Percussionists Jimmy Delgado, Pablito Rosario, and the great Carlos "Patato" Valdez leap into action! Bang! Then it's back to the Cha-Cha.
Track Five is "Diana," a lovely ballad carried by Fender Rhodes piano and horns. Wear headphones - check out the sound of the hand drums. All the slaps, muted and open tones come to the fore. Ortiz's fluid trumpet work and round tone establishes the mood. On the fade, he gets frisky and lets loose a few flashy lines (5:15), just a hint of what he is capable of doing on the horn.
"Viva Mart?nez" is jazz Latin that just flies along, at first propelled by Brake's ride cymbal work, until - at the top of Ortiz's solo - the percussionists take over. The arrangement segues into another seventies device, the analog synthesizer solo. Eddie Mart?nez plays horn-like lines that set Ortiz up for a final solo.
And now the piece de resistance, an Ortiz/Harlow composition, "I Know." Guaranteed: once you get past the tricky intro, you will be humming the refrain for days! A hybrid Cuban/funk dance tune, "I Know" yields new gems each time you listen: Martinez's synthesizer vamp on the chorus, Rodriguez's guiro, Jon Faddis's trumpet - all this in addition to that catchy chorus! The icing is a wonderful Guaguancho percussion interlude.
And, finally, it's "Perico" - hard jazz funk in the Miles Davis tradition - and then we're done with an album that suffers only one fault: it's far too short.
Rumbéatelo:Con el aura de La Lupe
Tomado de: www.elnuevodia.com
Por Jaime Torres Torres
La mística de La Lupe se ha fundido como un tatuaje a la personalidad musical de la pianista y cantautora cubana Lena.
La nieta de la fenecida gloria de la canción Elena Burke, que protagoniza el filme “La Mala”, asegura que si La Yiyiyi estuviera viva y la escucha cantar con Julio Voltio su versión salsera y reguetonera del bolero ‘La tirana’ su primera reacción sería una carcajada.
“Un ‘ay, ay, ay...’. Me imagino que eso diría, complacida, porque es un trabajo que se ha hecho con mucho respeto por su legado. En todo este proceso la he sentido como una mariposa revoloteando alrededor de toda esta música y que cuando abre sus alitas me da la bendición porque me ha dado el permiso de interpretar a mi manera su música y su obra”, dijo Lena, quien esta noche arribará a San Juan procedente de Miami para impartir vida a la sensual Yolanda, el personaje de una joven cantante que interpreta los éxitos de La Lupe en el filme que estrenará el jueves en los teatros del País.
Y, con un enfoque contemporáneo, Lena aborda clásicos como ‘Qué te pedí’, ‘Puro teatro’ y ‘Si vuelves tú’, colaborando en algunos con exponentes urbanos como Voltio y Tito El Bambino.
“Tratamos de respetar los arreglos originales con un enfoque de modernidad para que la juventud pueda escucharlos y les llegue. Y se interesen en desempolvar todo lo que hizo, porque son canciones que siguen vigentes”.
“La Mala”, cuya banda sonora Lena produjo junto a su padre Rey-Nerio, le ha brindado grandes satisfacciones, como “el descubrimiento” del cancionero del prolífico compositor boricua Tite Curet Alonso.
En la casa de su abuela Elena Burke, en El Vedado en La Habana, escuchaban clandestinamente los discos que La Lupe y Celia Cruz grabaron con temas de Tite.
“Estaban vetadas, pero mi abuela tenía una colección de casetes y discos de pasta que conseguía cuando viajaba. Así fue que conocí la obra de Tite. Yo acompañaba a mi madre Malena al piano y siempre incluía un tema de cada compositor y la primera de Tite fue ‘Puro teatro’ ”.
Y, sin embargo, su actuación en “La Mala” es mucho más que un drama. Literalmente, Lena desangró su alma en el personaje de Yolanda. En el filme y en el cd que estará a la venta desde el martes 11 laten emociones muy íntimas.
“Los directores dijeron que debía desnudarme, metafóricamente, para quedarme en cero y crear a Yolanda, y me tocó mucho trabajo. Siente una tristeza muy profunda y una rabia intensa por los hombres que la abarcan. Es una trama de sentimientos muy fuertes”.
Lena, cuyo cd “La mala” es su segunda grabación con Warner Music Latina, considera que la película dirigida por Pedro Pérez Rosado y Lilian Rosado González, también propició la oportunidad de encontrarse con la esencia de su primer romance musical: el bolero.
Con voces a capella, en ocasiones evoca al Cuarteto D’Aida, en que su abuela Elena dejó huellas imborrables en el pentagrama cubano junto a Moraima Secada y Omara Portuondo.
“Estudié piano clásico por 12 años y un buen día en Venezuela mi madre me dijo que si tocaba a Bach cómo no iba a tocar música cubana. Me impulsó a dar ese cambio. Y en la grabación he descubierto que eso está en mí”, explicó Lena, quien también se lanza como intérprete de salsa, otro género que circula por sus venas.
Esta noche será difícil identificar a la dama que descenderá del avión. Y el miércoles, tras la premiere en el Cine Metro de Santurce, cantará parte del repertorio que inmortalizó a La Lupe.
“A San Juan llegará un poquitico de las dos, porque Yolanda nunca se irá de Lena. En mí quedará anclada para siempre”.
Ron Carter ayer y hoy
Tomado de: www.elnuevodia.com
Por Rafael Vega Curry
Considerado “el epítome del swing y la elegancia”, Ron Carter es uno de los mejores bajistas del mundo; algunos dicen que el mejor. Carter -quien estuvo en el Heineken Jazzfest de Puerto Rico hace siete años- fue integrante esencial del ‘segundo gran quinteto’ de Miles Davis y ha grabado como acompañante de muchos otros músicos. Pero también tiene una notable serie de grabaciones a su propio nombre. Estas dos representan el principio y el fin (hasta el momento, por supuesto) de su carrera discográfica como líder. Si no las consigue en Borders puede ordenarlas en amazon.com.
Ron Carter, 'Where'? (New Jazz/Concord)
El primer disco de Ron Carter como líder se grabó el 20 de junio de 1961, pero gracias a la magia de la remasterización, esta edición, realizada en el 2007, suena como nueva. Y aunque es decididamente breve -dura poco más de 36 minutos- basta para dejar establecida la visión musical del bajista. Carter no sólo se luce por su espectacular técnica e infalible sentido musical en el bajo, sino que también toca el cello y explora una diversidad de sonidos, a lo que aporta grandemente la presencia del genial Eric Dolphy en saxo alto, flauta y clarinete bajo. El piano inconfundible de Mal Waldron sobresale en el tema titular. Una joyita.
Houston Person y Ron carter, 'Just between friends' (High Note)
Houston Person y Ron Carter ya habían grabado otros tres discos a dúo, pero éste es el que tiene mejor sonido. Lo cual se agradece, pues permite apreciar más la “riqueza íntima” de un formato tan austero como saxo y bajo sin más acompañamiento. Person tiene un sonido hermoso en el saxo tenor, oscuro, elegante, bruñido. Pero se diría que es Carter quien está a sus anchas, estableciendo el tempo perfecto, tocando la nota perfecta, muy melódico en todo momento. El repertorio no es precisamente novedoso (‘How Deep Is The Ocean’, ‘Darn That Dream’, ‘Alone Together’) pero es de calidad. Uno de esos discos que va a la médula de lo que es el buen jazz: creación espontánea en conjunto. Cero artificios, pura musicalidad.